martes, 29 de marzo de 2016

Los consejos de Harry Quebert para ser un buen escritor

Aprender a escribir todo el mundo puede pero a ser escritor... Eso son palabras mayores. Harry en La verdad sobre el caso Harry Quebert nos muestra unas reflexiones a camino entre recetario del buen escritor y consejos sobre la vida.



Portada de La verdad sobre el caso Harry Quebert

Para él, escribir no tiene más mérito que otras tantas cosas mundanas, es el convertirse en escritor lo que realmente supone una batalla. Una batalla contra uno mismo, donde no hay trampas, ni treguas, ni atajos.
Qué pena que Quebert haya nacido de la imaginación de Joël Dickers y tan solo sea un personaje más, de un libro más, en una estantería.
Pero tal vez, esta historia no sea la esperada novela de misterio; sus palabras no sólo esconden las pistas que Dickers deja para cazar al asesino de una de sus protagonistas. En su estela, descubrimos todo un manual. 31 consejos, filosofías, rutinas.... Yo te desvelo 11:


  1. El primer capítulo es esencial. Si a los lectores no les gusta, no leerán el resto del libro. ¿Cómo tiene pensado empezar el suyo?
  2. Es importante saber caer. La vida es una larga caída. Lo más importante es saber caer.
  3. Aprenda a amar sus derrotas, pues son las que le construirán. Son sus derrotas las que darán sabor a sus victorias.
  4. Si los escritores son seres tan frágiles, es porque pueden conocer dos clases de dolor afectivo, es decir, el doble que los seres humanos normales: las penas de amor y las penas de libro. Escribir un libro es como amar a alguien: puede ser muy doloroso.
  5. ¿Cómo se puede confiar en tener siempre la fuerza para escribir libros? Es una especie de enfermedad. La enfermedad del escritor, no es la de no poder escribir más: es la de no querer escribir más y ser incapaz de dejarlo.
  6. ¿ Y los personajes? ¿en quién se inspira? En todo el mundo. Un amigo, la mujer de la limpieza, el empleado de la ventanilla del banco. Pero cuidado: no son las personas mismas las que inspiran, son sus acciones. Su forma de actuar es lo que hace pensar que podrían ser personajes de una novela. Los escritores que dicen que no se inspiran en nadie mienten. El privilegio del escritor es que puede ajustar cuentas con sus semejantes gracias a sus libros. La única regla es no citarlos jamás.
  7. Los escritores que pasan la noche escribiendo, enfermos de cafeína y fumando tabaco de liar, son un mito. Debe ser disciplinado, hay horarios que respetar y ejercicios que repetir. Conservar el ritmo, ser tenaz y respetar un orden impecable en sus asuntos: ésos son los tres elementos que le protegerán del peor enemigo del escritor, los plazos.
  8. ¿Cómo se transmiten emociones que no se han vivido? Ése es precisamente su trabajo como escritor. Escribir significa que es usted capaz de sentir mejor que los demás y transmitirlo después. Escribir es permitir a sus lectores ver lo que a veces no pueden ver. Somos escritores porque hacemos diferente una cosa que todo el mundo a nuestro alrededor saber hacer: escribir. Ahí reside todo nuestro ingenio.
  9. Cuando llegue al final del libro, ofrezca a sus lectores un giro argumental de último minuto. Es importante mantenerlos en vilo.
  10. Un buen libro, es un libro que uno se arrepiente de terminar.
  11. A veces le vencerá el desaliento. Escribir es como boxear, pero también es como correr.(...)Si tiene la fuerza moral para  realizar carreras largas, bajo la lluvia, con frío, si tiene la fuerza de terminar, entonces será capaz de escribir. No deje nunca que se lo impida el cansancio ni el miedo. Al contrario, utilícelos para avanzar.
Como de costumbre, me gustaría finalizar este post con un reportaje acerca de Jöel Dickers y La  verdad sobre el caso Harry Quebert, una novela que sorprende, engancha desde la primera línea y enseña.



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